El balonmano es un deporte perfecto para desarrollar diferentes grupos musculares del cuerpo. Entre los aspectos más interesantes, está el desarrollo del aparato motor, el aumento de la agilidad y la musculatura. Pero, además, al tratarse de un deporte de equipo, es también importante a nivel mental y grupal.
Como decimos, es una práctica que pondrá en marcha todas las partes de tu cuerpo. Por un lado, necesitarás de la parte superior (tronco y brazos) para los lanzamientos, y la zona inferior para saltar con potencia. También desarrollarás la fuerza, la resistencia y la flexibilidad.
Además, empezar a practicar balonmano es una decisión excelente si estás buscando perder peso, ya que poco a poco irás viendo cómo vas mejorando en tu forma física.
Además de los grupos musculares, el balonmano te permite trabajar mentalmente. Tendrás que preparar diferentes estrategias tanto individuales como grupales, reaccionar ante las acciones del rival y tomar decisiones muy rápido. Tu cerebro debe estar listo para actuar de manera eficaz y con velocidad.
Con los calentamientos adecuados y cuidándonos de las lesiones, el balonmano nos permitirá fortalecer nuestras articulaciones. Todas ellas entran en juego en los diferentes momentos de un partido, por lo que irás construyendo todo tu cuerpo de manera conjunta conforme mejoras tu técnica.
También verás una importante mejora en la coordinación ojo – mano. Al prestar atención al juego y trasladar la información a nuestros brazos, mejoraremos en el aspecto psicomotriz y desarrollaremos una mayor velocidad mental. De hecho, por eso es tan buen deporte para los niños.
Por supuesto, como cualquier ejercicio cardiovascular, tendrá un impacto muy positivo en nuestro corazón y nuestro sistema circulatorio. Estaremos en todo momento activos, con picos de intensidad muy altos cuando nos toque actuar y con otros momentos de ‘calma activa’ mientras esperamos la jugada.
Como ya apuntábamos, no solo físicamente conseguiremos muchos beneficios del balonmano. También se reflejarán valores como la generosidad, la empatía o la solidaridad al tratarse de un deporte de equipo. Un solo jugador no puede competir contra todo un equipo, por lo que debe estar unido a los suyos, compenetrarse y reforzar su coordinación y comunicación.
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